miércoles, 29 de mayo de 2013

¿A Ayutthaya por favor?


En nuestro segundo día en Tailandia contratamos una servicio de furgoneta con guía local que nos llevara fresquitos y veloces a nuestro siguiente destino en el país de las sonrisas. Todo parecía apuntar a que íbamos a la antigua capital del reino, Ayutthaya, pero nada más empezar la jornada, el destino ya no estaba tan claro...
Todo se debió a un pequeño malentendido con la empresa con la que contratamos el servicio, nuestro entrañable guía tailandés pensaba que íbamos al río Quay, y de no ser por la típica pregunta que haces cuando no sabes distinguir bien cual es tu autobús “¿Este va a Ayutayah?” Probablemente hubiéramos llegado al Río Quay buscando las ruinas del antiguo Reino.
Ruinas de Ayutthaya
Situándonos sobre el terreno, Ayutthaya es una ciudad a 85 Km. al norte de Bangkok que fue la capital del Reino de Siam (o Reino de Ayutthaya) desde 1350 a 1767 D.C. Los restos de esa capital (mayoritariamente templos y stupas medio en ruinas) ocupan una área de 15 km2 y son uno de los lugares históricos más importantes de Tailandia. Fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1991.
Su proximidad con Bangkok hace que sean una opción ideal para hacer una excursión de un día y volver a dormir a la capital. Pero nosotros, al no tener demasiados días, volvimos al medio día a Bangkok y nuestro guía nos mostró además el Palacio Real y los dos Templos más importantes de Bangkok, Wat Pho y Wat Arun (como habréis podido deducir, Wat significa templo en tailandés).
Sobre el Palacio Real decir que es un impresionante conjunto arquitectónico formado por un grupo de edificios que sirvieron como sede real desde el siglo XVIII hasta mediados del siglo XX. Por lo tanto esta fue la última residencia del adoradísimo Rey de Tailandia Bhumibol Adulyadej, cuya salud es últimamente un tema recurrente en los medios de comunicación del país
Esta foto del Rey es omnipresente en casas,
restaurantes y por supuesto en puntos
de interés.
El lugar más importante del Palacio es el templo Wat Phra Kaew, en el cual se encuentra el Buda de Esmeralda que, tallado en jade en el siglo XV y con sólo 45 centímetros de altura, es el más valioso y venerado de Tailandia. Wat Pho es el siguiente templo que visitamos, también espectacular y conocido por tener en su interior al gran Buda Reclinado de 46 metros de largo y 15 metros de altura.
Teniendo en cuenta el calor y el hecho de que tienes que taparte con camiseta de manga larga y pantalones o falda por debajo de la rodilla, las visitas a los templos se hacen un poco duras y puede que no sean lo más apetecible en verano, pero la belleza de estas obras bien merece la pena una sauna estilo tai.
Para terminar esta jornada y muy cerca del Palacio Real, no hay mejor opción que sentarse en una terraza enfrente de Wat Arun, más conocido como el templo del amanecer, y curiosamente disfrutar de un espectacular atardecer sobre el Río Chao Phraya. El calor se va desvaneciendo a medida que se pone el sol y una vez que ha anochecido se puede volver al hotel disfrutando de una refrescante travesía en barco, el de línea es perfecto, y luego un coger un tuk-tuk, el primer viaje por las calles de Bangkok no deja indiferente a nadie.

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